Pues la amenaza de Higurashi no ha sido para tanto. Es decir, ha sido lo suficientemente grave como para que temiésemos por la vida de nuestros protagonistas, pero su alcance no irá más allá de este sexto tomo (publicado Por Panini Manga). Haro Aso y Kotato Takata no quieren enredearse más de lo necesario con las diferentes subtramas que se les van presetando a nuestros protagonistas. El viaje es lo primero y todo lo demás trabaja al servicio del mismo.

«¡Lo veo y no lo creo! ¡Sangra que da gusto!«

Así, este sexto volumen sí que es un punto de inflexión, pero para nada como imaginábamos. La estancia en el pueblo de Akira ha servido, sobre todo, para que los personajes puedan recargas las pilas y reordenar sus prioridades, buscando nuevos objetivos y -primordial- actualizar la lista de cosas que hacer antes de convertirse en zombis. Aliviada la preocupación de Akira sobre sus padres, ahora puede tomar el rumbo que quiera.

Zom 100 #6 vendría a ser un cierre de etapa; de la primera etapa del viaje de nuestros héroes en este Japón zombificado. Ahora es cuando arranca de verdad la aventura, en el sentido de enfrentarse a lo desconocido. El grupo está formado y no tienen mayores ataduras que les hagan mirar atrás. Todo lo que suceda a partir de ahora es nuevo tanto para ellos como para nosotros. Y los objetivos que se marcan Akira y sus amigos son súper ambiciosos.

El riesgo de salirse del camino marcado y pararse en los lugares comunes del género zombi es mucho más real que antes. Pero también se acrecienta el peligro de gastar la fórmula y caer en la reiteración de situaciones ya vistas durante estos seis primeros volúmenes. El rol de Shizuka, que es quien pone el sentido común al grupo, puede resultar diferencial en este aspecto. Pues la cabra siempre tira al monte y ya sabemos cuáles son las inclinaciones de Akira y Kencho (que en este tomo da un paso a un lado en favor de otros personajes), con Beatrix como tercera mosquetera; así que Shizuka será quien marque el termómetro y de su voluntad (o falta de ella) dependerá que nos perdamos en un sin fin de encuentros casuales que den pie a pequeñas aventuras o que la trama coja una dirección y avance de verdad.