La Patrulla-X: La sangre de Apocalipsis

La Patrulla-X. La sangre de Apocalipsis: Medidas desesperadas

La Patrulla-X: La sangre de ApocalipsisLa sangre de Apocalipsis pone punto y final a la aventura de Peter Milligan al frente de la Patrulla-X en el convulso contexto del Día-M, a cuyas principales consecuencias dedicó el volumen Arresto domiciliario. En este tercer y último tomo (publicado por Panini Cómics dentro de su línea Marvel Must-Have), suma la autorizada voz de Apocalipsis en todo lo que tiene que ver con la extinción y/o supervivencia de toda una especie.

 

«Si queremos hacer un jinete de ti, tendremos que exorcizar esa blandura«

 

El contexto es muy importante para entender las motivaciones y acciones de los protagonistas. Desde las del propio En Sabah Nur a las de algunos de los integrantes de la Patrulla-X, en especial Polaris o Gambito, quienes vienen cargando con tensiones acumuladas en los últimos tiempos. Y lo es porque es un contexto desesperado para los mutantes, prácticamente extintos con menos de 200 de los suyos siendo mutantes «de verdad». La gran mayoría, entre los que se encuentra Polaris, han perdido sus capacidades mutantes.

 

Esta catástrofe para el homo superior es la que lleva al despertar de Apocalipsis, que se erige -según él- como salvación de su especie. Lejos de querer destruirlo todo, aparece con un discurso de unión ante la necesidad. Sus planes son igual de perversos y terroríficos que siempre, pero su motivación parece más sincera y noble. En cierta manera Milligan muestra por primera vez el profundo recorrido que hará el personaje años más tarde en Krakoa de la mano de Jonathan Hickman.

 

Imaginad, pues, el escenario: la raza mutante diezmada y Apocalipsis amenazando la frágil coexistencia entre los alumnos de Xavier y el gobierno norteamericano que ha plantado sus propios centinelas a las puertas del instituto por «protección» para Cíclope y los suyos. Y dentro de la escuela las cosas tampoco están tranquilas: Mística como nueva integrante de la Patrulla-X, Kaos y Bobby Drake compitiendo por el afecto de una Lorna que solo piensa en todo lo que ha perdido por el Día M, Tormenta fuera del equipo…

 

La Patrulla-X: La sangre de Apocalipsis

 

En tales circunstancias nuestros personajes son terriblemente vulnerables a nivel emocional y se lanzan a cualquier esperanza, por vana que sea, de poder cambiar su situación. Así, Polaris se aventura a lo desconocido sin reparar en los posibles peligros, mientras que personajes como el mutante cajún o Fuego Solar abrazan la oscuridad conscientes de las consecuencias. Milligan se despide dejando a los personajes en un escenario mucho más sombrío en términos personales, pero también con más certezas, puesto que han asumido ya la realidad de supervivencia extrema tras el Día M.

 

Es un cierre bastante estimable dada la complejidad de la coyuntura, pero la sensación global es la de no haber exprimido bien todas las posibilidades. Hay ideas muy interesantes sobre la mesa, pero las ejecuciones no siempre han estado a la altura. También es verdad que los Milligan, Claremont y compañía, por grandes nombres que fueran, tenían que luchar con el recuerdo de los Morrison o Whedon, que poco tiempo antes habían revolucionado el skyline mutante con series como New X-Men o Uncanny X-Men. Con todo, dejaron un puñado de historias que no merecían ser olvidadas.

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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