Albert Nobbs

Albert Nobbs: El drama está servido

La historia es cíclica. La ciencia puede avanzar a un ritmo imparable y las comodidades pueden ser mucho mayores de lo que eran hace un par de siglos, pero el ser humano sigue tropezando en las mismas piedras y buena prueba de ello es la actual crisis económica, que despierta los fantasmas de la Gran Depresión tras el crack de la Bolsa de 1929 y que, si echamos la vista aún más atrás en el tiempo, nos lleva hasta la Gran Hambruna Irlandesa de mediados del siglo XIX.

 

En este desolador panorama se fija Glenn Close para llevar a la gran pantalla su primer trabajo como guionista, adaptando una historia corta del novelista irlandés George Moore sobre las terribles decisiones que se han de tomar cuando el sustento de cada uno está en juego. Una fantástica historia que saca lo mejor de la veterana actriz.

 

Glenn Close en Albert Nobbs

 

El año de las caracterizaciones:

 

Este año se dan cita en la gala de los Oscars Leonardo DiCaprio y su J. Edgar, Meryl Streep como Margaret Tatcher y Glenn Close, los tres con un trabajo excepcional de caracterización. Los dos primeros casos hacen referencia a personas reales, lo que  añade la dificultad de tener que acercarse lo más posible a un modelo. Esto constituye una de las razones por las cuales Streep se ha llevado el Globo de Oro y sea la favorita para los Oscar, pero no desmerece el excelente trabajo de maquillaje e interpretación que hay tras el personaje de Albert Nobbs: si Glenn Close hubiera querido jugar con el espectador al ratón y el gato probablemente no habríamos sido capaces de ver el lado femenino del camarero del hotel Morrison. Lástima que la interpretación no sea tan redonda como se esperaba y que la escena que busca hacernos sonreír y sentir ternura por el personaje logre lo primero pero no lo segundo. Esto le hace perder a Close su batalla con Meryl Streep, pero no la priva del merecido aplauso por su interpretación.

 

Secundarios de lujo:

 

Janet McTeer (La mujer de Negro, Cat Run) se ha ganado una nominación a los Globos de Oro por una interpretación tan buena como sorprendente. La actriz dota a su personaje de una humanidad que nos hace reír y llorar, en fin, que ayuda al espectador a sentirlo cercano y real.

 

La guapísima Mia Wasikowska, por su parte, completa con Albert Nobbs un año para recordar. Tras su paso por el filme independiente Restless y su papel protagonista en Jane Eyre, la actriz australiana nos regala una actuación digna de elogio que nos deja ver su lado más dulce y su cara más soberbia en “tan sólo” 113 minutos. La acompaña un pasable Aaron Johnson (Nowhere Boy, Kick-Ass) que pasa de puntillas por la cinta con una actuación poco apasionada y que se olvida tras salir del cine.

 

Mia Wasikowska y Glenn Close en Albert Nobbs

 

Historia corta, larga película:

 

Una cosa que no entiendo del cine actual es la obsesión por alargar el metraje de las películas de manera innecesaria. ¿Es una película peor por no llegar a las dos horas? Hace unos años Shane Acker nos dejó muy claro (para su desgracia) que coger una historia corta y convertirla en un filme con todas las de la ley no es una buena idea. Y eso que su cinta, 9, duraba apenas 80 minutos. Esta vez es Rodrigo García (Nueve Vidas, En Terapia) quien falla al estirar una historia que es buena, pero que no da más de sí. A finales de este año Tim Burton se subirá al carro convirtiendo el corto Frankenweenie en un largometraje. El tiempo nos dirá si fue una buena o una mala idea.

 

En resumen:

 

Correcto drama con tintes de tragicomedia que busca hacerse un hueco en los Oscars de este año. Merece la pena ir al cine para ver a Glenn Close en una de sus mejores interpretaciones. Tampoco dejéis de echarle una oída al fantástico tema de la película que canta la gran Sinead O’Connor y que también fue nominado a los Globos de Oro.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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