En la canción Tírate ya de Def Con Dos el protagonista, harto de todo, se sube a una cornisa con la intención de acabar con su vida y sus problemas. Una vez allí encaramado se percata de que un montón de transeúntes se han detenido al pie del edificio y, mirando hacia arriba, le gritan: “¡tírate! ¡tírate ya!”. Es entonces cuando se da cuenta de que saltar no es la solución, sino quedarse, luchar y seguir molestando.

Nick Cassidy, el protagonista de Al borde del abismo, se encuentra en una situación similar: hostigado por innumerables y sobre todo grandes problemas necesita algo que cambie su suerte o la remate para siempre. Sin embargo él ya se había dado cuenta, mucho antes de asomarse al vacío, de que saltar no es la solución y a pesar de su precaria situación todavía no ha jugado todas sus cartas. Al borde del abismo (Un hombre en una cornisa si se hubiese traducido un poco más fielmente), es la ópera prima del director Asger Leth y funciona tan bien que deseamos de todo corazón que sea la primera de una larga lista.

Este es un thriller trepidante, sin subtramas innecesarias que detengan la marcha de locomotora sin frenos que le imprimen los acontecimientos; un ejercicio del mejor cine de entretenimiento con todos los elementos deseables, con las cantidades de tensión, acción y giros inesperados que cualquier aficionado al cine espectáculo de hoy en día sabe valorar. Ni es la película de acción definitiva ni cuenta con la mejor trama policiaca de los últimos tiempos pero la maquinaria funciona como un reloj suizo para regocijo del público.

El protagonista, Cassidy, es interpretado por un muy correcto Sam Worthington al que arropa un plantel de secundarios absolutamente efectivo lleno de caras conocidas; desde Edward Burns hasta Ed Harris pasando por la pareja que componen Génesis Rodríguez y Jamie Bell. Aunque la trama gira alrededor del personaje de Worthington y el resto de personajes están supeditados al protagonista todos están tan bien colocados y estudiados (para ser personajes tan pequeños y, en realidad, planos) que les da tiempo a lucirse en los minutos que les corresponden.

Al borde del abismo es, además, un retrato de actualidad. El contexto de la crisis económica está muy presente en la cinta y ayuda a que la historia genere en el espectador una identificación extra además de ser clave para entender ciertos acontecimientos que suceden en la cinta. Es decir, que además de un entretenimiento sin tacha Al borde del abismo se permite el lujo de dejar caer un par de pinceladas aquí y allá con las que crea unos matices que rematan un paquete que ya de por sí era bueno.

En definitiva, la apuesta indicada para disfrutar del mejor cine de entretenimiento con toques de acción y suspense. No defraudará.