Rio: Colorida samba

En los últimos años está de moda hacer películas familiares de alto contenido ecológico, implícito o explícito. Ejemplos no faltan: Wall-E, Bee Movie, la reciente ¿Para qué sirve un oso?… Y dentro de esta galería Rio es una más. El guacamayo jacinto es una especie en serio peligro de extinción por culpa de su comercio ilegal y este dato le sirve a Carlos Saldanha (Ice Age) para contarnos la historia del último macho de esta especie (y, ya de paso, hacerle publicidad a la ciudad que le vio nacer)

Esta película, de cara al público infantil al que va dirigida, tiene un aspecto positivo y uno negativo. Empecemos por lo malo y así vamos remontando el vuelo después, ya que de aves va el asunto.

RíoEl aspecto negativo de este film es la historia, el guión. Es simple como el asa de un cubo, pero aún así se deja cosas por el camino. Un ornitólogo brasileño llega a Minnesota en busca de un guacamayo que ha visto ¿dónde? Y, ¿le paga un viaje a gastos pagados a su dueña? Como punto de partida, la historia tiene una ingenuidad que raya la ignorancia. Por otra parte, el hecho de que Blu (Jesse Eisenberg) es el último macho de su especie queda rápidamente relegado a un segundo plano (aunque lo hace para dar paso a un argumento basado en el contrabando de animales exóticos). Por otra parte en Brasil aparece el personaje de Fernando, un niño huérfano que… En fin, el típico niño huérfano que todos sabemos cómo va a acabar al final de la película.

En el otro lado de la balanza están los diálogos, muy divertidos en su versión inglesa y con multitud de referencias a la escena musical y fílmica norteamericana de las últimas dos décadas. La película es, además, muy gratificante de ver por su colorido y por un 3D que poco a poco vemos como se asienta en las películas y pasa a ser un elemento accesorio que mejora el visionado y no el punto central de la producción.

La Animación:

Muy lograda en los animales y bastante deficiente en los humanos. Resulta bastante desconcertante que estén mejor plasmados los estados de ánimo de los pájaros, los monos, perros, gatos… que el de las personas en esta película. Quizás sea una manera de hacer que centremos la atención en los verdaderos protagonistas de la historia, pero no es una estrategia muy acertada. Las escenas en las que no participan Blu, Perla (Anne Hathaway) y compañía resultan un tanto sosas.

RíoLos Personajes:

Blu y Perla representan otro papel de moda: el de mujer de carácter y hombre arrastrado por ella (Rapunzel y Flynn en Enredados; Tiana y Naveen en Tiana y el Sapo…) que podríamos mezclar con el de «americano sale de los EEUU y se liga a una nativa», pero no nos metamos a machete, es una pareja que funciona y las voces están bien seleccionadas.

El personaje, sin embargo, más sorprendente es el de Nigel (Jemaine Clement), una cacatúa macho que fue entrenado para el cine y la televisión, vivió su momento de éxito y ahora, descuidado y más viejo, vive frustrado y trabaja para unos contrabandistas

La Música:

Uno sale del cine con la samba en el cuerpo. Estamos ante una película muy bailable, con infinidad de ritmos brasileños y, en su ausencia, temas de artistas del muy de moda disco-pop. Ahí está Taio Cruz con su tema Telling the World, también podemos oír la percusión del internacional Carlinhos Brown y, cómo no, Will.i.am (de los Black Eyed Peas) como Pedro (un cardenal de cresta roja) y a Jamie Foxx como Nico (un canario compañero de Pedro)

La combinación de ritmos de sobra conocidos por todos con temas actuales y expresamente compuestos para la película por artistas de fama internacional da lugar a una banda sonora destinada a alcanzar el éxito comercial, extremadamente resultona.

En resumen:

A pesar de su simpleza («otra película más de animales graciosillos») nos encontramos con una película divertida, para niños y no tan niños. Muy recomendable si logramos ser un poco condescendientes con sus limitaciones.

Río

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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