Invasión a la Tierra: Join the Navy

Invasión a la Tierra¿Película palomitera o americanada exagerada? ¿Copia que se une a una estela o original película de invasiones alienígenas? Durante las últimas semanas, se han escuchado todo tipo de comentarios, positivos y negativos, sobre la nueva película del director de The Killing Room o En la Oscuridad. Y la verdad es que Invasión a la Tierra no es una película que pueda comprenderse igual en este país que en el de la bandera de las barras y estrellas.

Invasión a la Tierra es un filme que ensalza al cuerpo de marines estadounidense y en este aspecto es una cinta destinada casi exclusivamente para el consumo norteamericano (país en el que dicha rama del ejército goza de una muy buena reputación y prestigio). Si en Europa somos capaces de comprender este hecho y tolerarlo nos encontramos con una película muy entretenida que no decae y mantiene el interés del espectador de principio a fin. Más una historia de fidelidad y compañerismo que un mata-mata de alienígenas venidos de quién sabe dónde.

La historia:

Lo que parecía una lluvia de meteoros se convierte en una invasión en toda regla por una raza alienígena… Un argumento fácil que cuenta con un factor que aumenta su credibilidad con respecto a otras películas del «sector»: los aliens no son todopoderosos.

Si nos fijamos bien en algunos ejemplos de películas famosas de invasiones alienígenas en la Tierra vemos que los extraterrestres son intocables tecnológicamente (La Guerra de los Mundos) o son capaces de generar esos clásicos campos de fuerza tan molestos (Independence Day). Sin embargo, Invasión a la Tierra nos presenta unos visitantes bastante más cercanos a nosotros tecnológicamente. Unos seres contra los que se puede luchar, lo que justifica una película sin héroes-científicos brillantes, sino centrada en unos soldados que se han de enfrentar a una emergencia que no saben como combatir. Una dura prueba que demuestra la importancia de la confianza en el prójimo y la capacidad para trabajar en equipo en las situaciones límite.

Y si nos centramos en este aspecto, la película se vuelve bastante interesante.

Los actores:

Aaron EckhartUn juego del que se valen Liebesman y Bertolini para ensalzar a los soldados es presentárnoslos inicialmente como seres humanos imperfectos, con sus virtudes y sus defectos. Así, nos podemos encontrar a un soldado apabullado por el estrépito de las armas, uno cuyo sueño es triunfar en la música (teniendo en cuenta que quien lo interpreta es el cantante Ne-Yo la broma estaba clara) y, cómo no, al protagonista; el «no es el líder oficial pero como si lo fuera», el sargento Michael Nantz (Aaron Eckhart): un oficial condecorado y admirado públicamente, pero despreciado por sus compañeros al ser el único superviviente de un pelotón que él dirigió.

Partiendo de la humanidad de los personajes sus acciones ganan en heroicidad, al representar, además, el espíritu de superación. Un mensaje claro a los espectadores de una película que sale a la luz en un mundo en crisis.

Sobre las actuaciones no hay mucho más que destacar. Michelle Rodríguez interpreta por enésima vez el mismo papel que hizo en Avatar o en Perdidos: tipa dura y guerrera. Aaron Eckhart aprueba pero no brilla y el resto de personajes acompañan y cumplen también con su papel.

Dirección y guión:

Liebesman asume bien el control de esta cinta. Si a la salida de los cines norteamericanos hubiese gente reclutando para los cuerpos de marines más de uno y más de dos no podrían resistirse a los encantos del uniforme verde pixelado.

Pero una de las decisiones más acertadas a la hora de elaborar el guión de la película es, de nuevo, la elección de unos extraterrestres con una tecnología superior, pero no tan lejana como para resultar insuperable. Esto permite un filme de ida y vuelta, de retirada y contraataque en el que la primera es desesperada, pero el segundo no es descabellado (como lo era, y eso que la película es genial, el de Independence Day).

Invasión a la Tierra

La música:

En las manos de Brian Tyler (autor de las bandas sonoras de Constantine o Last Call, entre otras). El compositor le da un toque de épica a cada una de las pistas de audio de esta banda sonora que, si bien tampoco impresiona, cumple con su cometido de acompañar en los momentos de acción y relajar el ánimo del espectador para prepararle para el siguiente subidón de adrenalina.

En resumen:

Si logramos simplemente sonreír cuando el patriotismo americano es demasiado patente, esta película no sólo se deja ver, sino que se disfruta sin reservas.

Acerca de RJ Prous

Avatar de RJ Prous

En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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