Blancanieves / Maribel Verdú

Gabriel Azorín: «Ser director de cine no se puede aprender»

Santiago Zannou y Spike Lee han quedado encantados con Mi nombre es portero, y Los Galgos ha estado presente en el último Festival de San Sebastián. Con esta carta de presentación hablamos con Gabriel Azorín, cineasta en ciernes formado en la ECAM con mucho que ofrecer en una industria en pleno proceso de transformación y con la mirada puesta en los nuevos formatos audiovisuales.

 

Pregunta: Lo primero, en este corto, Mi nombre es portero, ¿por qué hablar del portero?

Respuesta: Me gusta mucho el fútbol y sobre todo del cine, entonces cuando se ofreció la posibilidad de hacer este vídeo para lo de The Chance, dándole vueltas veía que siempre se sigue al delantero, es el que marca los goles y es lo más espectacular; pero yo pensé que lo más cinematográfico de todo era el portero, porque en el cine siempre las figuras más carismática son los que son diferentes, un poco los outsiders, y el portero es el más diferente de todos dentro de un código como es el del fútbol. Donde todos juegan con el pie, él puede utilizar las manos, va vestido diferente y a la hora de la verdad es el único que puede salvar al equipo. De hecho, con el portero que rodamos, Víctor, recuerdo que le preguntaba «¿por qué te hiciste portero?» y él me decía «porque yo era de un equipo muy malo, jugaba de centrocampista y perdíamos siempre, entonces dije, ‘voy hacerme portero porque lo único podemos hacer es empatar a cero en todos los partidos’«. También me gusta mucho el western y quería darle un aire así de western un poco metafísico; y bueno, me parecía un poco como el forajido, el que es diferente a los demás. Hay un plano en el vídeo que se ve correr a todo el equipo, todos vestidos uniformados y él es el diferente, él es la excepción a la regla.

 

 

P: Es muy difícil trasladar el fútbol a la gran pantalla en comparación con otros deportes como el baloncesto o el fútbol americano, visualmente mucho más cinematográficos porque puedes jugar con los tiempos muertos, la figura del entrenador…

R: El otro día estaba leyendo un artículo, creo que en el País Semanal, que decían eso, que el cine y el fútbol se llevan fatal, que no hay grandes títulos. Bueno, está Evasión o victoria de John Huston, pero tampoco es la gran cosa, y luego hay películas muy interesantes que tocan el fútbol pero de manera un poco tangencial como la de El miedo del portero ante el penalti, de Wim Wenders. Sí, el protagonista es un ex portero, se habla de fútbol y tal, pero no se trata del deporte, del juego en sí que es lo que a mí me interesaba. De hecho, nosotros en el vídeo, no salimos del campo en ningún momento. No me interesaba hablar de lo que hoy en día rodea al fútbol, sino lo que era el placer de juego en sí y ya está.

 

P: Para la realización de Tu nombre es portero ¿te has fijado algún tipo de referente, has visionado películas de fútbol?

R: Hombre, sí que tenía referentes futbolísticos. Hay un vídeo en youtube de George Best, el futbolista del Manchester de los 70, que era una especie de icono pop (bueno, fue el primero junto con Cruyff), y es muy gracioso porque una cámara lo sigue a él todo el tiempo. O sea, sin balón y sin nada; él está en el campo, a veces le llega el balón, a veces lo pierde… la cámara lo sigue todo el tiempo, y ese vídeo me gustaba mucho. También la película de Zidane que se rodó en el Bernabéu, un partido con muchísimas cámaras en el que rodaron solo a Zidane. Lo que pasa en esa peli es que tenían tanto material de tantas cámaras, que al final el montaje no te deja veracidad, no respira, es: «¡Pum!, mira que plano, mira que detalle, mira por aquí, mira por allá«. Le falta respirar para ver de verdad lo que es Zidane en un partido de fútbol. Y luego a nivel más cinematográfico quería hacer algo más reposado, más contemplativo, un poco más, sin querer sonar pedante, metafísico de lo que viene a ser la publicidad del deporte, que siempre tiene un ritmo súper alto, muchísimo montaje, música muy fuerte.

 

P: Ahí creo que ayudan mucho esos planos de los pies golpeando el balón, el montaje de sonido… nos alejamos de todo lo de fuera y nos quedamos con el deporte

R: Yo creo que sí funcionaba bien. Intentábamos trabajar un poco eso, lo que dices tú, el dentro-fuera. Por un lado el portero, aislado, planos contrapicados, que nos juntáramos más con el cielo que con el césped, y por otro lado más planos de acción de lo que era el partido, más detalles de pies, más cámara lenta dónde se ven saltar las partículas del césped, ese tipo de cosas, y que luego confluyera. En la parada confluye el portero que está separado con lo que es la acción del juego, que es lo que se cuenta en una retransmisión deportiva. En este caso el portero sería el fuera de campo de las retransmisiones deportivas. Siempre donde se encuentra el balón es lo que se cuenta y nosotros estamos dónde no está el balón.

 

P: ¿Has podido conocer ya a Spike Lee?

R: Spike Lee no ha venido a Barcelona, mandó un vídeo porque está trabajando ahora en un documental o algo así y lo conoceré cuando vaya para Nueva York.

 

P: ¿Y el premio en qué consiste?

R: Pues sé que voy a Nueva York, que voy a conocer a Spike Lee, sé que voy a ver un partido de los Knicks con él y sé que voy a colaborar con él en algo, pero no sé nada más. Pero mola conocer a Spike Lee, colaborar con él y aprender de él.

 

Mi Nombre es Portero

 

P: ¿Llevas bien el inglés?

R: Pues lo llevo regular, es uno de mis objetivos ahora. Me defiendo, pero quiero estar fluido en inglés porque si no va a ser un poco difícil. Pero bueno, que mejor que esta oportunidad para terminar de mejorar el inglés.

 

P: ¿Hay alguna película de Spike Lee que te haya gustado especialmente y sobre la que te gustaría hablar con él?

R: Hombre, yo soy muy flipado de La última noche, me acuerdo que la vi estando de Erasmus en París. Estaba con los colegas, nos flipó y fuimos dos veces a ver la película. De las suyas es la que más me gusta, es de esas que me han dejado huella.

 

P: ¿Cuando Santiago Zannou eligió tu corto te dio sus impresiones sobre él?

R: Sí, Santiago se ha portado súper bien, me ha apoyado y me ha cuidado un montón, ha opinado del corto, me ha dicho todas las cosas buenas y también me ha dicho las cosas que le gustan menos. La verdad es que se ha portado muy bien, tanto aquí en Madrid como luego en la final internacional en Barcelona.

 

P: ¿Algún detalle que no le haya gustado?

R: Hay un plano que dice que está largo, eso ya te lo dejo a ti para que adivines cual puede ser.

 

P: ¿Y qué sí? ¿Cosas que sí?

R: Le gusta mucho el tempo, la atmósfera que se crea y el hecho que se relate una historia, que no sea simplemente el típico rollo documental de los niños jugando y demás. Creo que le gusta mucho el hecho de que a partir del material documental, como son los entrenamientos y las pruebas, hayamos creado una especie de ficción narrativa. Creo que es lo que valora él. Aparte, pues eso, lo planos a nivel fotográfico le gustan mucho.

 

P: Últimamente en el mundo del corto y de las óperas primas se hace mucho hincapié técnica y da la impresión de que la historia se deja un poco de lado. Vende más una buena técnica que muchas veces la historia y parece que es el camino que se tiene que seguir para tener una oportunidad en el mundo del largo.

R: Puede ser, hombre, las dos cosas son súper importantes. Hablo mucho con mis amigos de que en las óperas primas lo que siempre se nota es la ansiedad del director de «igual es la única película que hago en mi vida y tengo que demostrar todo lo que sé, todo lo que me gusta, mis referencias…» y claro, a veces esas cosas convierten a las pelis un poco en desequilibradas, en muy imperfectas. Luego, en cuanto a técnica e historia, creo que el cine no es solo contar historias, pero a nivel de películas narrativas, comerciales, que se estrenan en salas de cine, entiendo que la gente necesita que le cuenten historias. Lo digo porque también tengo un colectivo que se llama lacasinegra, que básicamente lo que hacemos es cine experimental y demás, dejamos un poco la narratividad de lado. Pero claro, cada producto y cada propuesta tiene su público y tiene su forma de hacerse.

 

P: Claro, hay que tener muy en cuenta cuál es el objetivo de la película. Recuerdo con Julio Medem, presentando Habitación en Roma, se quejaba de que poca gente había ido a ver Caótica Ana y que se había criticado mucho la peli. Entonces claro, surge una corriente crítica con él en cuanto a que si quieres hacer una peli no pensando en lo que le puede gustar al público, no te puedes quejar luego si no van luego a verla.

R: El cine siempre es un acto comunicativo, eso está claro, pero sí que es normal que haya películas que busquen tener mucho público e igual haya un cine más personal, o menos narrativo, o más difícil, que en vez de ir a buscar al público, busque encontrarse con público que se identifique con esa película. Según qué tipo de cine no vas a esperar que vaya la gente en masa a ver tu película. Pero bueno, de todas maneras la gente ahora va poco al cine, ya sea con historia o sin historia.

 

P: Y ahora con la subida del IVA también…

R: Imagínate, si ya la gente iba poco al cine pues ahora del 8 al 21, no sé. Vamos, no soy un experto en esto, hay gente que dice que va a ser la muerte del cine en salas, pero bueno, igual es una reinvención, ya veremos. Pero con las políticas que está desarrollando el PP parece que desde luego al cine en particular no le tiene demasiado cariño. Siempre se ha identificado mucho a la gente del cine con ciertos sectores, ciertas familias, que luego hacen manifestaciones públicas en los Goyas o van encabezando ciertas manifestaciones y parece que el PP ha puesto a esa gente una cruz y por consiguiente al resto del cine español.

 

Blancanieves / Maribel Verdú

 

P: Sí, es una pena generalizar. Pero bueno, al mismo tiempo que la gente deja de ir al cine está surgiendo una corriente, a mí no me gusta llamarlo así, pero se denomina cine «low cost», cine con pocos medios, crowdfunding, autofinanciación, historias más pequeñas… Hablando con directores, actores, lo suelen ver bien pero creen que a la larga puede ser perjudicial también para la industria porque muchas veces trabajas por favores, cobrando poco…

R: Claro, eso te iba a decir, eso no es el cine industrial porque si la gente no cobra… industrial es para alimentar familias. El cine low cost está guay porque con la democratización de la tecnología, las cámaras de foto que graban HD y demás es más accesible, pero claro, una película no es rodarla y montarla luego en un ordenador, una peli también es distribuirla, difundirla, postproducirla, hacerle bien el sonido… Tenemos por ejemplo el caso este de Paco León y Carmina o revienta, que me parece un caso paradigmático, pero también muy concreto porque es la película de un tipo que es muy popular. O sea, si no fuera Paco León, que es uno de los actores cómicos de televisión más famosos de España… Luego está la de Diamond Flash, de Carlos Vermut. Es una peli muy particular y hecha con muy poco dinero, pero también es verdad que Carlos Vermut era un creador de comics popular y conoce a mucha gente muy popular. Eso también ayuda. Por ejemplo Jordi Costa, erigido como el defensor, el paladín de Diamond Flash. Allá donde va habla de Diamond Flash y es una peli muy interesante. Pero son casos muy concretos. Yo conozco a mucha gente que tiene su largo de 20 mil euros, pero no la ha visto nadie.

Vale, ya hemos solucionado lo del rodaje, hemos solucionado lo del montaje, ahora tenemos que solucionar la difusión, la distribución, ese tipo de cosas. Filmin por ejemplo, yo tengo cuenta de Filmin, pero cuando me meto termino viendo cosas que más o menos conozco, o sea, seguramente si hay un largo de un tipo del que no sé nada, o me llega el boca oreja o, no sé, yo lo veo complicado. Por otro lado es una cosa guay, en cuanto a democratización de tecnología, el concepto del consumidor audiovisual. Hoy en día con cámara de fotos, móviles… todo el mundo graba. Ya la gente no solo consume si no que graba, lo sube, edita; ha tomado conciencia de que el lenguaje audiovisual no es cosa de los creadores que están ahí en su atalaya, todo el mundo hace vídeos hoy en día y me parece súper chulo. Es una parte positiva de todo esto, y de hecho en YouTube hay mil vídeos de gente que no tiene ninguna ínfula de ser nada y son la ostia, o sea, que son piezas audiovisuales bestiales.

 

P: ¿Crees que es necesario estudiar cine para poder dirigir o dedicarte a esto?

R: No, hay gente que hace cine muy bueno y no ha estudiado, pero tampoco está mal estudiar. A mí, por ejemplo, la escuela me ha aportado muchas cosas, sobre todo conocer a gente con las mismas inquietudes que yo, con conocimientos en otros espectros, departamentos del cine, como en foto, montaje, producción, en arte. De hecho, la gente con la que yo trabajo, con la que hemos hecho por ejemplo esto del portero ha sido gente que he conocido en la ECAM. Ser director de cine no se puede aprender. Igual te pueden enseñar montaje, te pueden enseñar fotografía, cosas técnicas, pero dirigir no creo que se pueda. Se pueden contar experiencias, aconsejar, tutelar, pero enseñarte a dirigir, creo que cada uno, cualquiera que le guste el cine, que le guste ver películas, pues eso, tiene que hacer diez cortos de mierda e igual el once es aceptable. Otras cosas sí, en foto hay que saber técnica, hay que saber física, tienes que estudiar o montaje, sonido, cosas más técnicas.

 

P: ¿Y a nivel académico como valoras el trabajo de la ECAM?

R: Lo que más valoro es que se crea un ecosistema donde te pones en contacto con muchísima gente con las mismas inquietudes que tú y con las que puedes salir luego a trabajar. Al final la ECAM a lo que tiene que aspirar es a crear profesionales para la parte industrial del cine y creo que con eso sí que lo cumple. ¿Qué se pueden mejorar cosas? Muchísimas. Yo he vivido cosas buenas y cosas malas en la escuela, pero bueno, creo que me ha aportado muchas cosas positivas. Sobre todo dedicarme tres años a pensar en cine, a hacer cine y conocer a gente que quiere hacer cine. Y eso te lo da la escuela. ¿Limitaciones? Sí, es una escuela relativamente pobre, no es una escuela de estas de Los Ángeles impresionantes, y luego tiene un problema que es esta estructura competitiva por la cual van expulsando gente cada año. No puedes terminar tus estudios por unas limitaciones económicas por rollo pragmatismo socio económico. En dirección entran 12, echan a dos el primer año y pasan diez; al segundo echan a otros dos y pasan ocho a tercero, que sí que se hacen cortos ya con presupuestos bastante interesantes para lo que es la producción de cortos españoles. Solo se pueden producir ocho con lo cual solo pueden llegar ocho directores a 3º y ese rollo competitivo no creo que sea muy pedagógico ni muy sano. En contra de la ESCAC, que creo que te dan pelas para hacer tu corto final, pero te tienes que buscar el resto de las cosas, la ECAM sí que te produce íntegramente el corto. Aunque no me parece muy pedagógico que alguien que quiere estudiar cine sienta la presión de que lo van a echar si no le gana a su compañero.

 

P: Hablando de la ESCAC, desde fuera parece que salen más realizadores

R: La ESCAC tiene una cosa que no tiene la ECAM que es Escándalo, la productora que, bueno no estoy súper enterado, pero creo que produce un largometraje al año y con el equipo formado íntegramente por estudiantes o ex estudiantes de la ESCAC. Yo he oído a veces que la ECAM había un proyecto similar, no sé porqué no se ha llevado a cabo, pero a un nivel de repercusión mediática e integración en el mercado laboral es interesante que haya una productora integrada o trabajando en conjunto con la escuela que permita a los alumnos al terminar no llegar al precipicio del mundo laboral; si no que se puedan integrar para la realización de un largometraje a 80 estudiantes. En ese sentido sí, claro. Escándalo ha producido Eva, creo que está ahora con Ánimas, que está en San Sebastián. En la ECAM tú terminas tu formación y digamos que no hay un protocolo de integración al mundo profesional o una posibilidad como esta de que 80 estudiantes trabajen en un largometraje. Aunque luego volvería a ser una masacre, porque imagínate que de todos los que estudian, es un director, imagínate la competitividad que tiene que generar eso. Pero en otros campos como el de foto, que pudiera haber ocho personas trabajando en una peli sería muy interesante. Yo creo que sería muy interesante que la ECAM pensara en integrar algo parecido a eso.

 

 

P: Bueno, tiene su parte negativa en cuanto a la integración laboral, con la falta de productora y demás, pero también es lo que decías, te permite hacer muchos contactos, conocer gente, te ha permitido estar en San Sebastián…

R: Eso está claro, por ejemplo, en San Sebastián estamos porque la escuela se encarga de distribuir el corto, de enviarlo a festivales, participar y si lo seleccionan pues vas. Porque claro, esa es otra, un cortometrajistra joven puede hacer un corto que esté muy bien, pero luego los envíos a festivales son un pastizal. Imagínate, parece una tontería, pero la copia en DVD o dos copias en DVD que te piden más el envío, si hay mil festivales en el mundo pues echa cuentas. Es una ventaja que nos da a nosotros. La escuela incluye en el proceso el envío a festivales y eso te permite ir a San Sebastián y en San Sebastián hacer contactos o no, no tengo ni idea porque yo en eso soy un poco neófito. Por lo menos que sea vea tu corto en San Sebastián, que la gente lo pueda ver, que lo proyecten dos veces en una sala de cine donde quepan 300 personas y si lo ven igual a alguien le gusta. Al fin y al cabo hacemos las cosas para que la gente las vean y le pueda gustar a alguien.

 

P: Ahí por ejemplo, a nivel de cortometrajes, es un poco contradictorio el tema de yo hago un corto o una peli porque quiero que la gente lo vea, pero mientras estás en el año – dos años de festivales, aún teniendo la posibilidad de estrenarlo en Internet, no lo puedes hacer…

R: Completamente de acuerdo. Me imagino que es un conflicto del cambio de paradigma en el que estamos viviendo que está esa herramienta que es súper potente, que es absolutamente el futuro para todos, sobre todo para lo audiovisual, que es Internet y luego estamos los que tenemos nuestras pequeñas peliculitas, somos cobardes y no somos capaces de romper con la dinámica establecida. Lo ideal sería claro, lo que tú dices, si yo lo que quiero es que lo vea la gente pues ponlo en Internet y que lo vea la gente. También es verdad que este corto, Los Galgos, igual no tiene un tempo muy ideal para verse en un ordenador de 15 pulgadas, le sienta mejor una pantalla grande. No lo digo como que se merezca un puerto de cine, sino que según qué tipo de audiovisual pues se ve más o menos fácil en el tamaño de la pantalla. Pero sí, claro que debería estar en Internet y que lo pudiera ver todo el mundo que le interesara. Pero en este momento de cambio de paradigma si haces eso no vas a festivales; hay un poco de cobardía, sí.

 

P: ¿Pero es importante acudir a festivales?

R: Es buena pregunta, ¿es importante ir a festivales? Igual es un romanticismo de chaval que leía el Fotogramas con 8 años y quería ser director de cine y en verdad no es tan importante. O sí, porque hay profesionales que pueden ver tu trabajo y pensar en apoyarte en siguientes proyectos, no lo sé. No sé hasta qué punto tiene de egocéntrico de emular a Godard o a Antonioni. O tiene de verdad una parte pragmática de que sea más posible desarrollar tus proyectos. Me imagino que luego también como el cine español o se subvenciona o prácticamente no se hace, pues según a que festivales vayas se te ve con unos ojos o con otros a la hora luego de levantar un proyecto. Igual también hay gente que ha pegado el bombazo por Internet, por ejemplo está el corto ese, Nebulosa 5 o algo así. Hay varios cortos que se han subido directamente a Internet y han sido boca oreja o exitazos de youtube y han tenido repercusión. En eso la música nos lleva un montón de ventaja. También es verdad que la música tiene el evento concierto por el que se puede cobrar, que es único y que no se repite nunca. Se adecúa muy bien a Internet en plan «pongo mi música que se escucha gratis«, pero que si quieres verme en un concierto pagas por mi evento. En cine ¿eso como se hace?, el cine es reproductividad técnica, o sea, siempre es igual la película.

 

P: ¿Y el corto es un paso para el largo o es un fin en sí mismo?

R: Es un fin en sí mismo. Yo puedo partir de un guión de 8 páginas, pero a mí los tiempos se me van por la manera de contar las cosas, digamos un poco por el ambiente que a mí me gusta crear, el tempo y demás. Y uno de los montajes cerrados era de 30 y pico minutos. Por cosas pragmáticas tuvo que verse reducido a 18 minutos, pero mi montaje ideal está ahora en 28’, pero hubo uno que estaba en 35’, que habría sido completamente anticomercial con lo cual no se podía interpretar como un paso al largo haciendo un corto. Es una película que dura lo que dura. La historia, para contarla y para contarla como yo quería contarla, era ese tiempo. Ya te digo, si hubiera sido al final la de 35 minutos no lo metes en ninguna parte, así que no lo enfocaba como voy hacer un corto para llamar la atención y poder hacer un largo. Yo creo que cada historia o cada proyecto tiene una duración, igual puedes hacer una película de 10 minutos que una película de 7 horas. Sé que es un poco ingenuo porque la final las películas si quieres que se hagan en un cine tienen que durar 90’, pero igual yo soy un poco ingenuo.

 

P: ¿Qué planes tienes ahora mismo una vez pase lo de San Sebastián y Spike Lee?

R: Pues básicamente quiero centrarme mucho en mi colectivo, lacasinegra. Creo que es un proyecto que tiene mucha cabida y que está en su momento con este cambio de paradigma, de reflexión sobre nuevos tipos de audiovisual, nuevos formatos pensando siempre en Internet, ahondar en realización audiovisual con reflexión y crítica cinematográfica. Me quiero centrar mucho en eso. Estoy escribiendo un largo, pero para hacer un largo necesitas mucha energía y muchos años, yo sé que si me meto en un largo van a ser 3 años de mi vida y tengo que tenerlo muy claro, no hacerlo por el egocentrismo de decir «he hecho un largo«, sino tenerlo claro. Y luego hay que ganarse las castañas porque me parece a mí que directores de cine que puedan vivir simplemente de hacer cine pues habrá pocos. Estará ahora Urbizu que con No habrá paz para los malvados, ha encandilado a crítica y taquilla y es un crack; está González Molina, que ha hecho 3 metros sobre el cielo y Tengo ganas de ti, que dentro de lo que es cine comercial taquillero a mí me parece que son dos películas muy bien hechas y muy interesantes. Pero si haces un cine un poco menos comercial es difícil vivir siendo director, imagino. A mí me gusta todo lo audiovisual, hacer de todo: pelis, videoclips, anuncios de TV, experimental, lo que sea. Darle un poco a todo y con algunas de esas cosas saber que puedo llegar a final de mes que en este mundo en que vivimos y con estas estructuras es una de las cosas indispensables. Pero sí, ganas de trabajar y hacer cosas. Hay un montón de audiovisual súper interesante que se puede hacer, pero bueno, quitando las pajas intelectuales, siempre te queda el romanticismo este de hacer «una película» para una sala de cine y que vayan tu familia y tus amigos a verla.

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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