Spiderman Superior #85-86: ¡Libre!

La cruenta batalla por hacerse con el manto y la identidad de Spiderman ha llegado a su fin, Ya sabemos que en el mundo del cómic los «para siempre» son muy relativos, pero por el momento que Peter Parker ha dejado de ser Spiderman «para siempre» es un hecho. Octopus se ha liberado de su «conciencia» y está listo para convertirse de una vez por todas en un Spiderman Superior. En esta tesitura libre de cargas, es como Chris Yost nos presenta la que será la última entrega de Spiderman Vengador, ya que tras este tomo (Spiderman Superior #85) que incluye las historias Operación Camaleón y Pro-Mutante, su colección pasará a llamarse Superior Spiderman Team-Up.

 

Es pues, el momento ideal para cerrar la perturbadora trama en la que nuestro no tan querido hombre araña trata de «reclutar» a sus Seis Siniestros. Esto le lleva a idear un meticuloso y temerario plan para liberar a Camaleón, retenido nada menos que en el Helitransporte de SHIELD. Además también tiene tiempo para dejarle las cosas bien claras a Punisher. En Spiderman Superior #86, por su parte, Dan Slott sube la apuesta el recluir al trepamuros junto al alcalde J. Jonah Jameson en La Balsa, la otrora prisión de máxima seguridad frente a la costa de Manhattan de la que casi parece más fácil salir que entrar.

 

Spiderman tiene una nueva perspectiva de las cosas y sus aliados empiezan a darse cuenta. Está por ver cuantos lo siguen siendo en los próximos meses. Y aquí es interesante la mirada que hacen Yost y Slott al pasado de Parker y como le dan una vuelta de tuerca para adaptarlo a la realidad de Octopus. Así, en Spiderman Superior #85 (primer volumen con Peter fuera de la ecuación) Yost acude al Camaleón, quien fuera el villano que bautizara a Spiderman como vigilante y justiciero, para cerrar su Avegning Spider-Man. Slott vuelve tomar como referencia otro de los capítulos de macro-etapa arácnida A lo grande, reinterpretándolos en base a a la forma de ser de este nuevo protagonista, en las antípodas de Peter Parker. Estamos ante un Spiderman en clave siniestra (que ha ido tomando elementos aquí y allá de Batman) que amenaza no solo con perder a un buen número de seguidores (aunque también de ganar otros tantos), sino con comerle demasiado terreno a la Araña Escarlata, que es quien venía tomando la posición del vigilante que estando también condicionado por el código por el que se rige (o regía Parker) era capaz de quebrantarlo si era necesario. La muerte del enemigo es una opción.

 

Temores a un lado, esta nueva etapa en la vida de Spiderman se presenta mucho más oscura y adrenalínica. Se ha perdido sentido del humor pero se ha ganado en grises, acción y ferocidad. No conocer al héroe ni de lo que es capaz de hacer plantea un escenario muy interesante, en que cualquier cosa puede pasar. Mientras sus autores no se pierdan en la oscuridad todo irá bien. Está por ver si en próximas entregas siguen por esta línea o deciden profundizar en las relaciones de Otto Octavius con los familiares y amigos de Peter y en las nuevas y atractivas amistades que se está forjando. Su vuelta a los estudios para sacarse el doctorado puede dar mucho juego y devolvernos un poco de esa comedia perdida.

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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