Capitana Marvel

Capitana Marvel #1. Anhelando Volar: Tiempo de heroínas

Capitana MarvelSi de algo puede enorgullecerse DC en esta nueva (ya no tanto) etapa que estamos disfrutando (o padeciendo, según el caso) es de la relevancia que le está otorgando a sus personajes femeninos, que cuentan con numerosas series propias y gozan de una calidad envidiable (no hay más que echar un ojo a Wonder Woman o Supergirl). En este sentido Marvel parece estar algo rezagada y es difícil encontrar no ya series atractivas interpretadas por sus superheroínas, sino colecciones en sí. Más allá de su vida en los supergrupos (Imposibles Vengadores o Lobezno y La Patrulla-X) o acompañando a personajes masculinos (Shanna en Salvaje Lobezno), apenas hay ejemplos de féminas que ocupen el lugar que les corresponde. Y esto es algo que viene a enmendar, al menos en parte, Capitana Marvel, serie con mayúsculas que demuestra que hay vida más allá de vengadores y mutantes en la Casa de las Ideas.

 

Ya hace unos meses pudimos disfrutar de un primer acercamiento a esta nueva etapa en la vida de Carol Danvers –en Spiderman Vengador #77– y atisbamos el potencial que desprendía. Ahora, con el primer tomo en nuestras manos no solo se corroboran esas impresiones, sino que parecen haberse quedado cortas.

 

Directamente de las páginas de AvV Kelly Sue DeConnick acoge a una Ms. Marvel en plena encrucijada identitaria, que habiendo tomado el manto de Mar-Vell (el primer Capitán Marvel), debe decidir si «apropiarse» también de su nombre para –de una vez por todas– ascender a la Primera División superheroica. Este primer arco argumental (que abarca los seis primeros números americanos de la colección) recorre la historia del personaje –a través de recuerdos y viajes temporales– para, de una parte, establecer un contexto y un punto de arranque a los nuevos lectores y, de otra, deconstruir a Carol Danvers, profundizando en sus motivaciones y anhelos, otorgándole un nuevo rol –como adalid de las heroínas marvelitas– dentro del universo Marvel. Para potenciar y desarrollar este segundo aspecto son clave tanto las conversaciones que mantiene con Capitán América y Spiderman, el nuevo corte de pelo que luce para complementar el cambio de look (y de nombre) y la falsa tira cómica (dibujada por Karl Kesel) con la que finaliza el tercer capítulo.

 

Este, el peinado, puede ser a priori un detalle menor o superfluo, pero también es en lo primero en lo que nos fijamos y ahí radica la fuerza del cambio. Es, en esencia, el toque de atención que nos da DeConnick acerca de sus intenciones, del carácter que va a tomar su protagonista y la colección en sí. El feminismo, la reivindicación del poder femenino en una industria a la que le sobra la testosterona, se palpa desde la primera página (no hay más que atender a la ilustración que introduce este texto, ¿os suena, verdad?).

 

En este punto, y como toque de atención, querría referirme a algunas de las críticas que se hace al trabajo de la guionista en lo referente a las intenciones feministas del cómic (para ejemplo, el tercer párrafo, a partir de la quinta línea, de este artículo de Zona Negativa). Tenemos tan interiorizados unos supuestos roles y comportamientos de género que si una mujer se comporta de manera competitiva o un hombre actúa movido por celos están copiando los roles opuestos. ¿Quién dice que mostrarse belicoso y aguerrido es exclusivo de un hombre? ¿Por qué un personaje masculino no puede ser un mero accesorio y uno femenino sí? Lamentablemente tenemos la infundada creencia (convicción, más bien) de que los personajes femeninos han de actuar de una determinada forma y cuando se pasan esos convencionalismos por los ovarios lo que hacen es copiar actitudes masculinas (cuando no se las tilda de marimachos). Ya está bien, ni se es menos mujer por dar una paliza al villano de turno, ni menos hombre por perder el aliento ante la persona amada. Capitana Marvel es una muestra de ello.

 

Así, la conciencia que toma esta colección no es solo elogiable, sino que tendría que servir de modelo a los demás.

 

Capitana Marvel

 

Otro tema bien distinto es el de sus aciertos (y errores) en el guión. Para sumergirse en las raíces del personaje, Kelly Sue DeConnick acude al siempre resolutivo recurso de los viajes termporales. Al poner a Carol frente a frente a su pasado y a las decisiones que han marcado su trayectoria debe replantearse sus consecuencias y quién desea ser a partir de ahora. Como ejercicio siempre es interesante, se desnuda al protagonista y se abre un amplio abanico de caminos a elegir. Ahora bien, existe el riesgo, como es el caso, de no acertar en la ejecución formal, volviendo la narración un tanto confusa y abrupta, obligando al lector a detenerse en algunos pasajes y releerlos un par de veces para no perder el hilo de los acontecimientos. Aún así, los elementos sci-fi más clásicos de los que se rodea la trama son un excelente aliciente para una historia en la que la acción y el envoltorio heroico no son más que herramientas al servicio de su autora para construir una historia que apela a la crítica, la búsqueda de la propia identidad y el coraje (aplicable todo ello tanto a la protagonista como a la sociedad occidental).

 

En el apartado gráfico, con un «metalizado» Dexter Soy que aún dándole a la heroína un aspecto poderoso y femenino (parafraseando a Kelly Sue en la entrevista recogida en Spiderman Vengador #77) no termina de conectar con el tono de Capitana Marvel; son los trazos de la española Emma Ríos los que enfatizan el carácter de la serie. Un dibujo «experimental» para los cánones del cómic de superhéroes, que muestra la fuerte personalidad de la ilustradora y la colección.

 

El tomo se complementa además con las portadas originales (y alternativas) de estos primeros seis números y un texto introductorio de Bruno Orive perfecto para conocer a Carol Danvers y la herencia que recoge como la nueva Capitana Marvel.

 

Acerca de Daniel Lobato

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El padre de todos, pero como a Odín, se me suben constantemente a las barbas. Periodista de vocación cinéfila empecé en deportes (que tiene mucho de película) y ahora dejo semillitas en distintos medios online hablando de cine y cómics. También foteo de cuando en cuando y preparo proyectos audiovisuales.

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