Batman. Gritos en la Noche: Tras las paredes

Batman: Gritos en la Noche«Basta de mentiras, Jimmy«

Archie Goodwin es de sobra conocido por los fans de DC como su editor en jefe durante los 90 y por ser responsable de que viera la luz la fabulosa obra que conocemos como El Largo Halloween de Jeph Loeb y Tim Sale. Menos conocida es su faceta como escritor, habiéndose curtido en publicaciones como Creepy o Eerie, Goodwin publicaría en 1992 Gritos en la Noche, un cómic autoconclusivo de potente sentido crítico que ahora reedita ECC en formato de lujo.

Siempre vemos a Batman como el defensor de las causas grandes y pequeñas de Gotham. El salvador de sus conciudadanos. Lo hemos visto luchando contra grandes amenazas como las perpetradas por el Joker y le hemos contemplado salvando a inmigrantes que eran explotados por el Pingüino en fábricas clandestinas. Pero Gotham es una ciudad muy grande. ¿Qué pasa cuando Batman no puede escuchar los gritos que delatan el crimen? ¿Qué ocurre cuando no hay nadie que acuda al rescate? ¿Qué sucede si los gritos son acallados por quien debería hacerlos resonar?

«El chico está completamente convencido de que el asesino es Batman«

Goodwin se atrevió con un tema tan peliagudo como el abuso de menores para someter a Batman a una de sus más amargas pruebas. En el hogar, en el único sitio supuestamente seguro más allá de la peligrosa ciudad de Gotham, algunos niños, quienes eran los destinatarios finales de los desvelos del Caballero Oscuro, se veían forzados, golpeados o atemorizados por quienes más se tenían que preocupar por su bienestar. Cuando el crimen lo comete el protector y la víctima normaliza el delito y lo percibe como la normalidad, ¿qué puede hacer el justiciero salvo llegar tarde y verse superado por las cadenas de la realidad más sombría?

Batman: Gritos en la Noche

Apoyado por un excelente Scott Hampton, que se decantó en este álbum por un estilo sombrío y poco definido, Goodwin nos ofreció un relato descarnado y realista que huyó del dramatismo para no pecar de exagerado y nos presentó una historia en la que en ningún momento las cosas parecen ser correctas. La seriedad y la frialdad de las viñetas nos ayudan a tomar consciencia de un problema más común de lo que parece y que nos llena de rabia en igual o mayor medida que al protagonista de la historia. Goodwin no necesitó mostrarnos ningún abuso en el momento en que se produce, le bastó con vagas descripciones y escenas medio dibujadas para que el horror de las víctimas se trasladase a nuestras cabezas.

ECC reedita una historia diferente bajo el sello de Batman. Una que nos hace pensar y que desvela uno de los límites del superhéroe, incapaz de reaccionar ante el crimen que se esconde a plena vista e incapaz de proteger a la más vulnerable de las víctimas.

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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