¿Y si Vivimos Todos Juntos?

¿Y si vivimos todos juntos?: Ancianos, sexo y naturalidad

La vejez se ha entendido siempre como el fin, los últimos pasos antes de la muerte, el momento de sentarse y recapitular. Pero en una sociedad envejecida como la nuestra y en la que la esperanza de vida hace que puedan pasar más de veinte años desde la jubilación hasta el descanso eterno esta concepción hace tiempo que quedó obsoleta. En Francia, donde un 17% de la población tiene 65 años o más, este hecho ya ha provocado diversas reflexiones en forma de película. Sin ir más lejos, hace unos meses nos llegó Tres Veces 20 Años. Ahora le toca el turno a Stéphane Robelin, quien nos trae una comedia realista que muestra a un sector de la población con sus propias inquietudes, para los que la sexualidad ha cambiado, pero ya no es tabú y a los que aún les queda mucho por decir y enseñar.

 

Guy Bedos, Pierre Richard, Claude Rich, Jane Fonda y Geraldine Chaplin

 

¿Y si Vivimos Todos Juntos? posee grandes dosis de humor, pero el drama siempre está presente de fondo. Sin ir más lejos, la motivación para que estos amigos de toda la vida decidan compartir techo es una mezcolanza de todos los problemas a los que se enfrentan nuestros mayores: Albert (Pierre Richard) padece alzheimer y su mujer (una inmejorable Jane Fonda) se ve desbordada por las responsabilidades que exije su cuidado; la pareja formada por Jean (Guy Bedos) y Annie (Geraldine Chaplin) se enfrenta a la soledad en una casa grande que está demasiado vacía por unos hijos que no hacen ningún esfuerzo por visitarlos y; como gota que colma el vaso y desencadenante de la acción, el hijo de Claude (Claude Rich) quiere que su padre ingrese en una residencia de ancianos, cosa que logra cuando a Claude le da un ataque al corazón.

 

Como contrapunto, y echándole un montón de humor al asunto, tenemos al joven Dirk (Daniel Brühl), que entra en las vidas de los cuatro amigos de la forma más anodina posible, pero que termina conviviendo con ellos para poder estudiar de cerca la experiencia de cinco ancianos viviendo juntos con vistas a su tesis. Brühl no sólo le aporta juventud al proyecto, sino que tiene un toque de ingenuidad (que ya le hemos visto explotar más veces, como en Malditos Bastardos) que lo hace adorable y lo convierte en el nieto comunitario de esta panda.

 

Daniel Brühl y Jane Fonda en ¿Y si Vivimos Todos Juntos?

 

Lo que más sorprende y lo que diferencia a esta película de otras similares es su alto contenido sexual. Desde hace años se pretende erradicar el tabú del sexo entre ancianos y esta película pone su granito de arena de la manera más natural y cómica posible. Sí, hay una escena de sexo entre dos de nuestros protagonistas, pero Robelin huye de la típica broma del abuelete resoplando, los dolores y las lesiones derivadas de pretender una edad que ya no se tiene y deja claro lo que debería ser obvio: entre dos personas que se saben mayores no hay posturas extrañas, hay lo que hay y se disfruta igual que cuando uno es joven.

 

El mejor momento a este respecto, sin embargo, no es la escena «picante», sino una de las muchas conversaciones que mantienen los personajes de Brühl y Fonda y en la que ésta le pregunta con descaro por sus gustos y preferencias en la cama a la par que ella le revela los suyos. Lo que puede parecer una excusa para que el actor hispano-alemán luzca todo su repertorio de expresiones de turbación es toda una reivindicación sobre el deseo sexual en la tercera edad. Reivindicación que vemos también reflejada en la afición de Claude por las prostitutas porque «llegados a cierta edad, son la única opción«.

 

Geraldine Chaplin, Guy Bedos, Claude Rich, Daniel Brühl, Pierre Richard y Jane Fonda

 

La elección del reparto es uno de los puntos más fuertes del film. Chaplin es el carácter mientras que Fonda es la clase. Cada vez que la hija del gran Charles Chaplin sonríe la pantalla se ilumina y cada vez que se enfada la sala de cine tiembla. Fonda, por su parte, deja caer sobre sus hombros la mayor parte del peso dramático y consigue hacernos reír y soltar más de una lágrima a lo largo del filme. Lo mismo va por los hombres. De Daniel Brühl ya hemos hablado, Guy Bedos interpreta a un personaje que necesita la ira para expresarse, es el típico cascarrabias, mientras que el personaje de Pierre Richard es la dulzura personificada y el de Claude Rich es el también clásico «viejo verde». Juntos dan lugar a un clima tan natural que casi dan ganas de mudarse a vivir con ellos.

 

El otro punto fuerte reside en el ritmo que le ha imprimido Robelin a su película. Resulta fantástico que una historia tan sosegada mantenga tan bien el ritmo y no llegue a aburrir en ningún momento. El director prescinde de lo que no considera pertinente y va dando saltos temporales para ahorrarnos transiciones lentas. Estos saltos, de puro suaves, llegan a descolocar en algunos momentos al espectador, pero están completamente justificados.

 

En resumen; ¿Y si Vivimos Todos Juntos? es una comedia simpática y didáctica a partes iguales. En una sociedad tan envejecida como la occidental resulta gratificante que directores como Stéphane Robelin tengan el valor de ofrecer un retrato de la tercera edad tan natural y certero como éste.

 

Acerca de RJ Prous

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En la soledad de mi beca Séneca en Zaragoza aprendí a amar el cine mierder. Volví a Madrid para deambular por millones de salas y pases de películas para finalmente acabar trabajando con aviones. Amante del cine y de sus butacas, también leo muchos cómics y, a veces, hasta sé de lo que hablo.

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